Santa María, un encantador pueblo en el corazón de Mallorca, se despliega como un pintoresco refugio donde convergen tradición y autenticidad. Conocido por su encantador mercado, Santa María se convierte en un tapiz de colores y sabores cuando los lugareños y los visitantes se reúnen para explorar los puestos cargados de productos frescos, artesanía y delicias regionales.