En una parcela en ladera con vistas a la montaña, donde se oye el canto de los pájaros, los cencerros de las ovejas, el susurro de las hojas y la quietud, esta casa de campo señorial constituye un refugio perfecto en la paz y la tranquilidad del campo. De fácil acceso en coche y con amplio aparcamiento, la gran parcela está parcialmente aterrazada y plantada de olivos, mientras que los jardines ofrecen sombra con plantas mediterráneas. La casa tiene una calidad rústica pero grandiosa con su fachada de piedra, puertas dobles y entrada con suelos empedrados y escalera dividida. En la planta baja hay una cocina parcialmente abierta y un comedor, así como un espacioso salón con una gran chimenea, un hermoso techo de madera y acceso a la terraza con amplias vistas a la montaña y una auténtica cocina de verano. La oficina y un dormitorio con baño en suite también se encuentran en la planta baja, y los otros dormitorios y baño se encuentran en el primer piso. En la planta superior hay mucho espacio para añadir una gran sala de estar o dormitorios adicionales, mientras que en la zona del sótano hay un lavadero, la calefacción central y una plaza de garaje. Dos manantiales, cuya agua va a parar a un depósito de almacenamiento, abastecen toda la propiedad. La construcción de una piscina es una posibilidad. El entorno idílico de la propiedad, la generosa parcela y el amplio espacio habitable la convierten en el lugar perfecto al que escaparse.